Reynier Ferrer

La obra de Reynier es, como pocas, un reflejo de su vida. Todos sus estados de ánimo convergen en su trabajo. No sabe desahogarse de otra forma. Es un trabajo profundamente intimista, desgarrador. 

Nacido y educado en La Habana, Reynier Ferrer siempre supo que su pasión era la pintura. Desde temprana edad, anhelaba convertirse en pintor y logró ingresar a la Academia de San Alejandro 

Reynier Ferrer se ha posicionado dentro del arte contemporáneo.  Desde los inicios de su formación en la academia, ha participado en diversos eventos y exposiciones colectivas, desde el año 2000. Su trabajo se encuentra en Estados Unidos, Canadá, Cuba, entre otros; además, de haber protagonizado alrededor de 14 exposiciones individuales y muchas más colectivas.  Su primera exposición individual en Suramérica toma lugar en la Galería Duque Arango.

En su proceso, las pinturas se basan en el automatismo y el uso del subconsciente. No suele tener nada premeditado en el lienzo en blanco. El acto de pintar para Reynier es entonces una especie de ritual o trance basado en sensaciones y sentimientos. Suele trabajar en diferentes pinturas al mismo tiempo para desarrollar un flujo de trabajo liderado por la adrenalina y la energía intensa donde el azar y la improvisación son dos elementos clave. Como resultado hay encuentros dramáticos, donde el elemento humano es una presencia constante aunque no siempre explícita.