Esta serie, concebida entre los años 1962 y 1989, muestra la desesperación que asedia a aquellos que se ven sumidos en situaciones de opresión y violencia. El genio creativo detrás de esta obra maestra es Oswaldo Guayasamín, un artista ecuatoriano cuya destreza y visión excepcionales le han permitido plasmar de manera impactante las complejidades del sufrimiento humano.
Nacido en Quito, Ecuador, Guayasamín dedicó su vida a plasmar las complejidades de la condición humana en su obra, convirtiéndose en un cómplice de las luchas sociales de su época. Su estilo expresionista y figurativo se caracteriza por una intensidad emocional explícita en sus pinturas. Las obras de arte de Guayasamín exploran la dualidad de la existencia humana, donde la desesperación y la esperanza coexisten, y donde la lucha por la libertad y la dignidad se manifiesta a través de la expresión artística.
Guayasamín, hábil en la amalgama de técnicas expresionistas y figurativas, imprime a cada lienzo de la serie «El Grito» una intensidad visual inigualable, logrando capturar de manera vívida, la esencia misma de la angustia. En esta serie, las figuras humanas se revelan como testigos mudos de la desolación, con rostros y cuerpos distorsionados que encarnan la lucha interna y externa que caracteriza las experiencias de aquellos atrapados en circunstancias adversas.
«El Grito» se convierte entonces en un canto silencioso pero elocuente de resistencia, donde la paleta de colores dramáticos se convierte en el lenguaje universal que transmite la desesperación y el desgarro emocional. En las pinturas, se presenta una dualidad para el espectador, quien pudiera prácticamente escuchar los desesperados gritos y a la vez podrá sufrir junto a las figuras la dificultad para hacerlo, como si este grito se quedara en la garganta y nunca se hiciera en voz alta.
Los protagonistas de los lienzos parecen clamar en silencio, como si el acto de gritar estuviera contenido en sus gestos y expresiones faciales, pero la voz se desvanece antes de emerger de sus gargantas. Es como si Guayasamín hubiera capturado la esencia misma de una lucha ahogada, donde la desesperación y la esperanza coexisten en una danza visual que despierta la empatía y la reflexión.
Esta serie hace parte de su más grande proyecto: “La Edad de la Ira”, serie que aborda las atrocidades de la guerra, la opresión política y las injusticias sociales. Guayasamín en esta serie captura la intensidad emocional de la ira, la desesperación y el sufrimiento, utilizando su distintivo estilo expresionista para plasmar una narración de las historias de resistencia y lucha