En los treintas, las personas alcanzan o buscan alcanzar una estabilidad financiera que les permita explorar nuevas oportunidades de inversión. El arte, con su combinación única de apreciación estética y potencial de crecimiento económico, se presenta como una opción atractiva. Pero, ¿por qué invertir en arte después de los 30? Descubre cómo esta decisión puede no solo diversificar tu portafolio, sino también enriquecer tu vida.
Diversificación de las inversiones: Invertir en arte permite diversificar el portafolio, reduciendo la dependencia de activos tradicionales como acciones o bienes raíces, mitigando así el riesgo ante alguna caída o volatilidad financiera . A diferencia de otros activos que pueden verse afectados por fluctuaciones económicas, las obras de arte tienden a mantener o incluso incrementar su valor, ya que su precio se basa más en la demanda de coleccionistas y la escasez de las piezas. Se debe tener en cuenta, sin embargo, que el arte no es una inversión activa para hacer a corto o mediano plazo, pues el arte no es tan líquido como otros activos financieros. Vender una obra puede llevar tiempo y depende de encontrar el comprador adecuado.
Acceso a un mercado global: El acceso a un mercado global en el ámbito del arte ofrece a los inversores un abanico de oportunidades que son difíciles de encontrar en otros sectores. La capacidad de adquirir obras de artistas de todo el mundo, participar en mercados emergentes y reducir el riesgo geográfico son algunas de las ventajas clave. La combinación de oportunidades y riesgos hace que el mercado global del arte sea fascinante, lo que lo convierte en una opción atractiva para inversores estratégicos.
Apreciación a largo plazo: El potencial de apreciación a largo plazo es una de las razones más atractivas para invertir en arte, pues este tiene la capacidad de generar un valor significativo a lo largo del tiempo, superando las fluctuaciones del mercado y proporcionando tanto beneficios financieros como culturales. Invertir en arte con un enfoque a largo plazo no solo enriquece el portafolio del inversor, sino que también contribuye al patrimonio cultural, convirtiéndose en una inversión valiosa en múltiples niveles. Es raro que el valor del arte disminuya, sino que por el contrario, al adquirir una pieza, se está resguardando el patrimonio a la vez que el precio de la pieza tiende a valorizarse.
Valor cultural y estético: El valor cultural y estético del arte proporciona una dimensión profunda y significativa a las inversiones en arte, complementando los aspectos financieros con beneficios enriquecedores para el individuo y la sociedad. El arte no solo ofrece una forma de preservar y explorar la identidad cultural y la historia, sino que también brinda una experiencia estética que puede elevar y enriquecer la vida cotidiana. Invertir en arte, por lo tanto, no solo es una estrategia financiera, sino también una forma de participar en la riqueza cultural y estética de la humanidad.
Si quieres aprender más sobre cómo invertir en arte, te invitamos a que mires el siguiente video:
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