Si se va a hablar de expresionismo abstracto y geometría en el arte, es imposible no mencionar al maestro Omar Rayo.
Omar Rayo nació 20 de enero de 1928, en Roldanillo, Valle del Cauca, Colombia. Comenzó su carrera artística como caricaturista dibujando e ilustrando para medios locales de Cali y Bogotá, y así publicó un álbum con veinte caricaturas de personajes célebres como Bolívar, el Papa Pío XII, Winston Churchill y Charles de Gaulle, entre otros.
Ya más delante, su arte se define dentro de varios movimientos de vanguardia del siglo XX populares y en movimiento en su época, como el Surrealismo, el arte óptico, el arte Pop y el Arte Conceptual, con los cuales experimentó durante su vida artística sin dejar perder nunca su individualismo y su reconocimiento.
Su trabajo empieza a reconocerse por las avanzadas innovaciones que se mostraba para la época:
Se estableció en México con motivos de estudios, ahí se adentró en el arte precolombino y rescató líneas, figuras geométricas, volúmenes y sobreposiciones.
Desde 1954 realizó un extenso viaje por tierra en Suramérica donde por durante 4 años pintó y expuso simultáneamente. La influencia que tuvieron estos años para su carrera fue demasiado importante, pues de este se decide por el uso de elementos geográficos cargados de significado: cada línea, tonalidad, espacio usado y simetría planteada, iba muy de la línea de lo que observaba de la naturaleza y flujo de cada lugar y del primitivismo abstracto de la historia colonial de estas regiones.
En 1970, ganó el primer puesto del Salón Nacional de Artistas de Colombia y ha sido homenajeado también con el premio Especial de Grabado en la Segunda Bienal Interamericana de México, el premio del Museo de Arte de Filadelfia y el Premio de Adquisición del Instituto de Artes y Ciencias de Manchester.
Pocos artistas han tenido la dedicación que Rayo tuvo: nunca dejó de pintar, desde el primer momento en el que empezó a pintar supo que es lo que quería hacer hasta el momento en que muriera. En 1981 creó en Museo Rayo de Dibujo y Grabado Latinoamericano en su ciudad de origen; en sus últimos años de vida se dedicó a crear obras para esta colección y actualmente están expuestas alrededor de 2000 obras de su autoría y 500 de otros artistas latinoamericanos que hacían parte de su colección personal.
Las líneas que crean efectos ópticos, hacen que su obra pueda ser entendida por muchos como un laberinto abstracto, pero que estén altamente dotadas y escondan la historia de un continente detrás de ellas.
Juan García Ponce, escritor y crítico, agrega al análisis de la obra de Rayo.
Indudablemente la originalidad por sí sola no es suficiente para hacer valiosa una obra de arte; pero en el caso de Rayo esta cuenta, además, con el apoyo de un sólido sentido de la composición y un formidable poder inventivo que convierte cada obra en una experiencia individual y diferente con valores propios. Utilizando su descubrimiento en distintas direcciones y en algunos casos empleando el color para acentuar el peso y el ritmo de las formas dentro del espacio general de la composición, Rayo logra que cada una de las obras se nos presente como un mundo particular e independiente (…).
Juan García Ponce
Las texturas, colores, la perfecta matemática, los volúmenes, el equilibrio y la composición irrompible de Rayo demuestran que no solo es un artista que supo respaldar su interés histórico, sino que tiene un manejo de la plástica tan preciso que lo ubica como un artista del cual no se puede dejar de hablar, incluso en este siglo.