Uno de los aspectos más interesantes de la obra de Sair García es su evolución artística a lo largo del tiempo. Desde sus primeros trazos, que reflejaban la influencia de los grandes maestros del arte, hasta sus piezas más recientes y vanguardistas, Sair ha demostrado una incesante búsqueda de su voz artística.
Su carrera artística que completa más de dos décadas ha tratado de manera consistente diversos aspectos del conflicto armado colombiano. A través de la pintura, escultura e instalación, García se ha aproximado no solo a los actores activos del conflicto, sino también al drama humano que termina por afectar a los individuos, las instituciones, relaciones y dinámicas del territorio en disputa, en este caso particular el Magdalena Medio colombiano.
Su infancia y adolescencia transcurren en Barrancabermeja, a orillas del Río Magdalena, -principal arteria fluvial de Colombia-. Desde su condición de ribereño, pero más que nada desde su rol como magdalénico, vive en los años 80 la transformación del río que, en palabras del artista, pasa de ser un elemento de desarrollo, un elemento lúdico, a ser un contenedor de miedo y de muerte. Para 1988 García experimenta en primera persona el infortunio del conflicto armado colombiano con la desaparición de uno de sus hermanos, quien en 2023 completa 35 años desaparecido.
Así, el Río Magdalena, principal arteria fluvial de Colombia, ha sido fuente de inspiración y un elemento fundamental en la obra del artista Sair García.
El artista vivió en carne propia la metamorfosis del río y de su entorno. Para él, el Magdalena no era solo un cuerpo de agua, sino una entidad viva y palpable que contenía la historia y las tragedias de su tierra natal.
El Río Magdalena se convirtió así en un símbolo poderoso y evocador en la obra de Sair García. Sus pinturas, esculturas e instalaciones reflejan la dualidad del río como testigo de la belleza natural de Colombia y, al mismo tiempo, como observador de la tragedia y el conflicto que han marcado la historia del país. El Magdalena se erige como un escenario natural donde ocurren tanto la violencia como la resistencia, la vida y la muerte, el pasado y el presente, encapsulando la complejidad de la realidad colombiana. Es un reflejo de la transformación del país, de sus cicatrices y esperanzas.
A través de su lirismo poético, Sair García busca dar voz a aquellos que han sido silenciados por el conflicto. Su arte apela a la sensibilidad del espectador, invitándolo a reflexionar sobre las consecuencias humanas y sociales del conflicto armado, y al mismo tiempo, a valorar la belleza y riqueza cultural de la región del Magdalena Medio.
La obra de Sair García es singular al lograr un agudo comentario crítico frente a la historia sociopolítica latinoamericana, y a su inherente violencia a través del paisaje como tema central, el escenario natural donde ocurre.
A través de obras que apelan de manera primordial al lirismo poético para el tratamiento de temas sensibles, García apuesta por una visión del conflicto que se enfoca en lo humano y que traslada dichos fenómenos de lo local a lo global.
Además de su trabajo en pintura, Sair también ha incursionado en la creación de instalaciones artísticas inmersivas. Estas instalaciones envuelven al espectador en un ambiente sensorial y lo invitan a formar parte activa de la experiencia artística. A través del uso de esculturas, proyecciones y música, Sair logra amplificar la conexión emocional con el público y expandir los límites tradicionales del arte.