Un mural de 120 metros pintado por el artista ecuatoriano Oswaldo Guayasamín sido
testigo del tránsito de miles de personas entre España y Latinoamérica durante hace ya 41
años.
El mural, ubicado en el aeropuerto internacional Adolfo Suárez Madrid-Barajas, en la
capital española, representa la unidad entrañable entre Hispanoamérica y España. Se trata
de un mural elaborada en acrílicos y polvo de mármol que está dividido en dos páneles: uno
dedicado a España y toda su influencia cultural, y otro a una Latinoamérica durante la
conquista: sus costumbres y tradiciones.
«En 1982, con motivo de una remodelación de Barajas, que coincidió con el Mundial de
Fútbol, se instaló este mural como homenaje a las relaciones entre Ecuador y Latinoamérica
con España», explicó el director del aeropuerto de Madrid, Miguel Ángel Oleaga.
El pintor plasmó en el primer panel una América precolombina: sus mitos, leyendas y
personajes, antes de la llegada de los españoles, y en el segundo reflejó la parte española
que llevaron a la conquista; La parte dedicada a América está situada en la zona de salida
hacia Ecuador, mientras que la que representa a España se ubica en el área de llegada de los
vuelos procedentes de este país.
En el panel de América podemos ver un mundo precolombino, una historia narrada desde
varias escenas que homenajean las raíces latinoamericanas:
En él aparece un indio tocando el rondador (flauta de tubos), además de íconos que rinden
homenaje a las máscaras precolombinas que jugaron un papel muy importante en la cultura
de la época, pues representaban el intermediario entre el mundo de los dioses y los
hombres.
La parte dedicada a España, refleja también costumbres que han acompañado la historia del
país, como la danza mediterránea.
Hay una representación de dos manos que muestra la unión hispanoamericana y el traspaso
de una cultura a otra en la época de la conquista, acompañada también de imágenes de los
conquistadores en su característico estilo expresionista.
Guayasamín fue muy amigo del guitarrista español Paco de Lucía, a quien retrató en alguna
ocasión y a quien tomó también como inspiración para representar en el mural la tradición
y la importancia de la guitarra española para la cultura de su país.
Entusiasmado por la obra del artista latino, el director del aeropuerto madrileño expresó su
deseo de que la contemplación del mural en Barajas sirva para animar a los viajeros que se
dirigen a Ecuador a visitar el museo del artista en Quito, ya que, en su opinión, es «uno de
los lugares más importantes de la ciudad».
El tráfico aéreo entre Madrid y Ecuador supone cada año más de 400.000 pasajeros, que a
su llegada o salida de Barajas pasan por delante de este mural, que se suman a los más de
15 millones de viajeros que también transitan anualmente frente a esta obra de arte.