Darío Morales

La sensualidad del cuerpo femenino fue su principal obsesión; lo trató de una manera muy propia, rodeándolo de ambientes cerrados y objetos cotidianos que, sin embargo, daban a sus cuadros una cierta atmósfera de «escenografía pictórica». La actitud que asumió se acerca a la de la historia del arte antes de la invención de la fotografía, cuando el modelo debía estar inmóvil durante horas.